martes, 30 de diciembre de 2014

El cuerpo, la carne


Hace unos días tuve una larga conversación con un buen amigo. Tiene más de ochenta años y hace más de sesenta años que hizo voto de celibato, por su compromiso con una comunidad religiosa. Me decía entre sorprendido y angustiado que a su edad aún sentía atracción sexual por los cuerpos de los hombres jóvenes. Y me hablaba de ello como de una "tentación". Me contaba como en su juventud había lidiado con esta atracción con total naturalidad, tanto en su interior como con sus superiores, a quienes contaba sus impulsos. A lo largo de su vida ha ayudado a muchos hombres cristianos a conjugar su fe y su homosexualidad.

Pero la conversación me dejó un regusto amargo. A lo largo de la historia del cristianismo han sido tantas las personas que han sufrido por el rechazo del cuerpo, de lo que han denominado "la carne". Uno de los tres enemigos del alma, según la doctrina tradicional, junto con "el mundo" y "el demonio". Lo peor es que este rechazo ha traspasado las fronteras del cristianismo. Y que el rechazo del cuerpo se ha instalado a sus anchas en el pensamiento ilustrado, disfrazado convenientemente. A pesar de todas las luchas de liberación, las mujeres, por ejemplo, aún no son propietarias de su propio cuerpo. Y muchos hombres, no sólo los homosexuales, viven mal la relación con su cuerpo.

Los estudiosos sitúan el rechazo al cuerpo en los filósofos neoplatónicos que contaminaron desde sus inicios la tradición cristiana. Cabe no olvidar que en el mundo del judaísmo, del cual proviene el cristianismo, nunca se vivió tal rechazo.

Creo que es necesario reivindicar y recuperar el cuerpo, la carne. Para los que somos cristianxs debemos considerarlo una imagen maravillosa de la realidad divina. Y no sólo una imagen, sino un medio privilegiado por el cual la divinidad se comunica con nosotros y nosotros con la divinidad. Nada más lejos, pues, de ser uno de los "enemigos" del alma. Nuestro cuerpo nos permite comunicarnos con otras realidades divinas, que son las demás personas. Y a través de los cuerpos de las otras personas, la realidad divina se comunica con nosotrxs. Así, la relación sensual o sexual es un medio excelente para entrar en relación con la divinidad. Una relación sexual sin condicionantes del tipo "si hay amor", "si estás enamoradx"... La única condición es tener presente que la otra persona también es imagen divina, también es divina, partícipe del Todo. Y tener presente eso no requiere ni saber su nombre, ni hablar, ni estar enamoradx, ni tan sólo ver.

Lxs que no sois cristianxs también tenéis cuentas pendientes con el cuerpo. Porque, ¿cuántas veces habéis separado la sexualidad y el "amor"? O ¿cuántas veces habéis reprimido vuestro deseo por un compromiso mal entendido ( a mi modo de ver) con la persona con quien formáis una pareja? O, finalmente, sobre todo los hombres, ¿cuántas veces os habéis considerado los dueños de los cuerpos de vuestrxs compañerxs?

Repitamos, una vez más, el lema de las manifestaciones de los años 70 y 80: "Derecho al propio cuerpo". Y al de lxs demás, añadiría yo...

lunes, 15 de diciembre de 2014

Jesús queer, Jesús friki, Jesús gamberro


En la Associació Cristiana de Gais i Lesbianes a la que pertenezco estamos dedicando las sesiones mensuales de formación al Jesús histórico, buscando en él todos los ecos posibles de nuestra realidad como hombres y mujeres homosexuales, buscando en él sus rasgos más queer, más gamberros.

Ayer hablábamos del entorno más imediato de Jesús, de Nazaret, su pueblo, y de cómo eran las casas, las familias, el trabajo y la experiencia religiosa en Galilea a principios de nuestra era. Nada que ver con las visiones que algunas iglesias cristianas o algunas tradiciones navideñas pretenden dar. Ni Nazaret era un pueblo con casas de piedra, ni la denominada "Sagrada Familia" tenía que ver nada con las pinturas que conocemos. Y Jesús mismo nada tenía que ver con el hombre rubio de ojos azules y melena al viento al que estamos aacostumbrados, sino más bien se parecía al hombre de la ilustración del principio.

Pero esto no es todo. Porque contrastamos las actitudes de Jesús que se traslucen en los escritos evangélicos con las actitudes de la gente de Galilea de aquel tiempo. Y ahí, al ver la "magnitud de la tragedia", fue cuando algunos nos atrevimos a decir que Jesús fue un gamberro, un friki, un provocador, una persona queer. Veamos algunos ejemplos.

Empecemos por sus actitudes religiosas. Para sus congéneres Dios estaba en el Templo que Jerusalén, y hacia allí miraban cuando oraban. Jesús ora elevando los ojos al cielo y osa llamar "papá" (abbá) a Dios. Y no sólo eso. Afirma con autoridad que el descanso del sábado no puede ser una excusa para dar la espalda a la necesidad del hombre o la mujer que encontramos, sino que el sábado está hecho para la persona y no al revés.

Y en cuanto a la familia, ¿qué decir? En contraste con las prácticas "normales" de la época, Jesús abandona a su familia y elige una vida itinerante. Esto llega a avergonzar a los suyos (padre, madre y hermanos y hermanas...sí, hermanos y hermanas!). Y no sólo eso, sino que además, contra lo establecido para todo "judío de bien", Jesús no tiene esposa ni hijos. No porque quiera vivir como un monje de Qmran, o como un ermitaño com Juan Bautista, sinó para consagrar su vida al anuncio gozoso del Reino, para consagrar su vida a la Vida. Y tanto lo hizo que los tiquis miquis de su tiempo lo criticaban por borracho y fiestero. Por cierto, qué contraste con el Jesús medio cura que nos pintan algunos escritos religiosos.

Otro elemento de contraste de la actitud de Jesús fue con las mujeres y los niños. En el caso de las mujeres eran consideradas como seres dedicados a la procreación, encerradas en los patios comunes de sus casas, sin contacto con los hombres de otros grupos familiares. Jesús no sólo habla con ellas, sino que algunas de ellas le siguen en su camino. Encontramos muchísimos ejemplos en los escritos evangélicos: la mujer viuda, la mujer samaritana, la mujer adúltera, la mujer de vida libertina... Jesús las mira, las acoge y las levanta de la situación de sumisión que sufrían en aquella sociedad.

Y finalmente, los niños. Considerados como lo último de lo último, al servicio de todos, con todas las obligaciones y ningún derecho. Y Jesús nuevamente rompe con el standard de su tiempo y les acoge y dice que para llegar al Reino hay que ser como un niño.

Jesús pues rompe con todo. El amor que siente por la humanidad, reflejo de la divinidad, es tan radical, que se salta todas las convenciones de la época. Es por eso que podemos calificarle de gamberro, de friki, de queer. Y es por ello que las personas LGTB lo podemos considerar un aliado. Porque nosotrxs también rompemos con todo y nos saltamos convenciones. Pero no estamos solxs...

viernes, 5 de diciembre de 2014

El género no está en los genitales

La pareja denunciante con la sentencia que condena a la alcaldesa por...

Me ha llegado la noticia de la condena de una alcaldesa de un pueblo de Ávila por gritar "Maricones de mierda, voy a por vosotros" a un matrimonio de hombres que viven en este pueblo.

http://www.elmundo.es/espana/2014/12/04/54808515ca4741e2348b4595.html?cid=SMBOSO25301&s_kw=twitter

Este hecho, desgraciadamente muy frecuente aún, creo que demuestra con creces que el género es una construcción social que no está en los genitales, sinó en el cerebro.

Supongo que la alcaldesa estará dotada de vagina e incluso de clítoris. Pero esto no le impide actuar como un auténtico macho alfa, proclamando a voz en grito la inferioridad de todo aquello que no sea masculino y heterosexual. Esta mujer, pues, actua movida no por sus genitales, sino por su configuración mental y social, movida, para resumir, por el pene y los testículos que llenan su cerebro.

A un nivel mucho más light podemos encontrar también a mujeres que defienden el instinto maternal como algo natural e innato, a otras que están de acuerdo en que las mujeres no puedan decidir sobre su propio cuerpo, a otras que justifican las violaciones en base a la provocación del atuendo, o a las que justifican el lenguaje sexista. O a tantos homosexuales que marginan a otros homosexuales por su afeminamiento (pluma, se dice). Una pluma que justificaría agresiones y que, según ellos, habría que contener y ocultar si queremos que se nos respete.

Así pues, por mucho que los fundamentalismos de diversa calaña insistan, el género es una cosa que se lleva en la mente, y nos mueve a actuar como auténticos cafres, independientemente de lo que tengamos de ombligo para abajo.




viernes, 28 de noviembre de 2014

Género y teología



La teóloga Laura Abate nos ofrece este florilegio de citas (algunas cristianas) sobre las mujeres:

«Existe un principio bueno que ha creado el orden, la luz y el hombre, y un principio malo que ha creado el caos, las tinieblas y la mujer.» (PITÁGORAS (Filósofo y matemático griego).

«Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad. La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio. Porque Adán fue formado primero, después Eva; y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión. Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia.» (1 Timoteo 2:9-15)

«¿Y no sabes tú que eres una Eva? La sentencia de Dios sobre esete sexo tuyo vive en esta era: la culpa debe necesariamente vivir también. Tú eres la puerta del demonio; eres la que quebró el sello de aquel árbol prohibido; eres la primera desertora de la ley divina; eres la que convención a aquél a quien el diablo no fue suficientemente valiente para atacar. Así de fácil destruiste la imagen de Dios, el hombre. A causa de tu deserción, incluso el Hijo de Dios tuvo que morir.” (Tetuliano, De Culta Feminarum, 1.1 (Padre de la iglesia).

«Las mujeres no deben ser iluminadas ni educadas en forma alguna. De hecho, deberían ser segregadas, ya que son causa de insidiosas e involuntarias erecciones en los santos varones.» (San Agustín de Hipona. (Santo, padre y doctor de la Iglesia Católica).

«Las niñas empiezan a caminar y a hablar antes que los niños porque la maleza crece siempre más rápido que las buenas semillas» (Martín Lutero. (Fraile agustino y teólogo impulsor de la reforma protestante).

A pesar de todo esto creo firmemente que es posible hacer teología desde la experiencia femenina. Y también creo firmemente que a pesar de todas las barbaridades que se han dicho de las personas con expresión, identidad y orientación de género no normativa (las personas LGTBQ) también es posible hacer teología desde la experiencia LGTBQ.



sábado, 22 de noviembre de 2014

Per què "Crònica Liminal"

Un home de 57 anys, funcionari i pare de família no sembla la persona més adient per escriure un blog titulat "Crònica Liminal". Què en tinc doncs de marginal, de liminal?

Si afegim que aquest home de 57 anys, funcionari i pare de família és cristià, gai i d'esquerres queda prou clar el per què el contingut de la meva crònica no pot ser més que liminal.

Perquè avui (jo diria que afortunadament) ser cristià és estar en els marges de la nostra societat. Simplificant molt podríem dir que una gran part d'homes i dones d'avui són en el paradigma modern: només existeix i és digne d'existir allò que es veu i es toca. La resta són contes a la vora del foc. Una altra gran part d'homes i dones d'avui són en el paradigma medieval/antic, on tot és sotmès a la voluntat de Déu, inaccessible i desconeguda per als mortals. Una petita part de la humanitat contemporània és en el paradigma postmodern, en el que alguns han anomenat el "reencantament postmodern", que afirma que la realitat està formada, a més de pel que veiem i toquem, per altres realitats que ni veiem ni toquem. I després estem els cristians i cristianes que no ens considerem ni antics, ni moderns ni postmoderns. Persones que hem trobat en Jesús el Crist un resum admirable del que hem sigut, som i volem ser. Persones que creiem en una divinitat que es va fer visible i palpable en Jesús de Natzaret, que després els seus seguidors i seguidores van anomenar el Crist, l'Ungit. I el Crist, per a nosaltres, com he dit, constitueix tot allò que ha estat, és i serà, respon plenament al "d'on venim?", "qui som?" i "on anem?". Per tant, sóc liminal perquè sóc cristià en un món dessacralitzat. I sóc liminal perquè sóc un cristià poc convencional. Pertanyo a l'església catòlica romana, però no comparteixo tots els seus dogmes. Pertanyo també a la Comunitat Apostòlica Fronteres Obertes, una comunitat cristiana plenament inclusiva, de recent formació.

Un altre tret que em situa en la liminalitat és la meva homosexualitat. Plenament assumida i viscuda des de fa molts anys, l'homosexualitat m'ha donat una magnífica oportunitat de pensar i reflexionar, a voltes tot sol, a voltes amb altres companys i companyes del moviment gai, sobre coses que la immensa majoria d'homes i dones mai no s'han plantejat: a qui destijo? per què? d'on prové aquest desig? per què el meu desig suscita violència?

El fet de ser gai i cristià em situa, alhora, en dues zones marginals: diríem que mal vist pels gais i mal vist pels cristians. Si a això hi afegim que amb el meu company hem format una família amb els nostres tres magnífics fills, podem afirmar encara més la marginalitat de tot plegat.

Finalment, considero que estic en la liminalitat perquè sóc d'esquerres. En el món d'avui, dominat pel pensament únic, profundament conservador i afavoridor de la concentració de la riquesa i del monopoli de les decisions, ser d'esquerres és (al menys de moment) estar en els marges.

Estic profundament agraït a la vida per haver-me situat on sóc. Ser en els marges m'ha permès, com he dit, plantejar-me preguntes i elaborar respostes que les persones situades en la centralitat no han hagut ni de plantejar-se. Aquesta situació també m'ha apropat a la resta de persones (potser la majoria?) que són expulsades de la centralitat, començant per les dones i seguint per les persones d'altres races, d'altres cultures no hemòniques, d'altres realitats.

En aquests escrits, doncs, estimat lector, estimada lectora, hi trobaràs una crònica de l'actualitat des de la (meva) liminalitat, des del meu marge d'home de 57 anys, funcionari, pare de família, cristià, gai i d'esquerres.