viernes, 20 de marzo de 2015

UNA FE ADULTA?

¿Os habéis preguntado alguna vez por qué la mayoría de los chicos que hacen catequesis y la "primera comunión" en nuestras comunidades cristianas desaparecen los 15-16 años? Yo hace tiempo que le doy vueltas, mirando como sube año tras año la media de edad de los y las que participamos en las celebraciones religiosas.
Una causa posible yo creo que puede ser el infantilismo de la mayoría de conceptos que encontramos en nuestra praxis religiosa, y sobre todo en lo que dicen los líderes de nuestras comunidades. Me refiero tanto a la exégesis bíblica como los "consejos" para nuestra vida espiritual. ¿No creeis que nos mereceríamos unas interpretaciones menos literales y más adultas de los textos bíblicos? ¿Es necesaria la insistencia en "Jesús dijo" o "Abraham hizo", cuando muy probablemente ni Jesús dijo nunca eso o ni siquiera Abraham existió? Todo ello por no hablar de los "consejos" para nuestra vida espiritual que, como mucho, no hacen más que repetir lo que hemos oído tantas veces desde nuestra más tierna infancia.
¿Qué pediría? Sencillamente que nos traten como personas adultas e inteligentes que somos. Los textos bíblicos no son narraciones como las que encontramos en los actuales libros de historia. Son relatos para alimentar la vida espiritual y la fe de las personas a las que van dirigidos. Y es justamente eso lo que queremos oir en nuestras celebraciones. Cada vez que un cura pronuncia el fatídico "Jesús dijo", no puedo evitar sentirme ofendido, porque considero que aquel hombre me considera un niño incapaz de saber y entender lo que él sabe.
Y para terminar dejadme compartir una anécdota de mis años de formación religiosa. Un presbítero sapientísimo nos hizo una clase sobre la resurrección de Jesús y sobre el mismo hecho de la resurrección. En resumen nos dijo que los textos explicaban la experiencia íntima de las primeras comunidades de seguidores de Jesús, que lo sentían vivo y entre ellos y ellas. Creo que no habían pasado ni dos horas cuando el mismo presbítero sapientísimo hacía la homilía en la iglesia. Como os podéis imaginar no dijo absolutamente nada de lo que nos había explicado en clase. En la efervescencia de mis veintypocos años, fui a interpelarle enseguida. Su respuesta fue que "la gente no entendería lo que os conté a vosotros."
¿No podría ser que nuestros chicos y chicas de 15-16 años se marchen de un lugar donde todavía se les trata como niños y niñas?