"Porque
soy libre, no condicionado, total-no una parte, no lo relativo, sino la Verdad total que es eterna,
deseo que aquellos que buscan comprenderme sean libres; que no me sigan, que no
hagan de mi una jaula que se tornará en una religión, una secta. Más bien
deberían liberarse de todos los miedos: del miedo de la religión, del miedo de
la salvación, del miedo de la espiritualidad, del miedo del amor, del miedo de
la muerte, del miedo de la vida misma. Así como un artista pinta un cuadro
porque se deleita en esa pintura, porque ella es la expresión de su ser, su
bienestar, su gloria, así hago yo esto, y no porque quiera nada de nadie.
¿Para
qué, pues, tener una organización? Como dije antes, mi propósito es hacer que
los hombres sean incondicionalmente libres, porque sostengo que la única
espiritualidad es la incorruptibilidad del propio ser, que es eterno, que es la
armonía entre la razón y el amor. Esta es la absoluta incondicionada Verdad que
es la Vida
misma. Deseo, por lo tanto, que el hombre sea libre, que se regocije como el
pájaro en el cielo claro; libre de toda carga, independiente, extático en esa
libertad.
Yo
sostengo que la Verdad
es una tierra sin caminos, y no es posible acercarse a ella por ningún sendero,
por ninguna religión, por ninguna secta.
Aquellos
que realmente deseen comprender, que traten de descubrir lo que es eterno, sin
principio y sin fin, marcharán juntos con mayor intensidad y serán un peligro
para todo lo que no es esencial, para las irrealidades, para las sombras. Y
ellos se reunirán y se volverán la llama, porque habrán comprendido. Un cuerpo
así es el que debemos crear y tal es mi propósito".
KRISHNAMURTI,
Discurso de disolución de la Orden de la Estrella de Oriente
(2
agosto 1929).
[Esta Orden había sido fundada en 1911,
para proclamar el advenimiento del Instructor del Mundo].